antes era diferente, no creía en el amor, como tampoco creía en la muerte. Pensaba que era un mito, una invención occidental, una convención apta para las novelas, las peliculas y los anuncios de perfumes. me daba envidia verlos exaltados por sus idilios.
que más puedo decir? Se produjo lo más banal y lo más extraordinario, lo más descrito y lo más inaudito, lo más simple y lo más inexplicable. Con la primera mirada, la primera sonrisa, fui conquistada o más bien fui, sin más.
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